Menos mirar y más participar.

lunes, 17 de octubre de 2011

De camino

Siempre sigo la misma ruta. Un camino que me encanta. Ascensor, cuesta, cruce de carretera arriesgado y unos cuantos pasos hasta las escaleras. No me paro a ver las vistas, ni reparo en si es noche o día. Tan sólo imagino cuando bajo el primer peldaño que puedo dar un salto y caer en las aguas de mi mar. No se trata de coger carrerilla, sino de volar. Y todo porque en ese segundo creo que allí, aunque haga frío, se está mejor.
Seguro que no hay café, ni prensa que pueda agraviarme, ni capull@s a los que sortear. Es posible que busque a quienes persiguen una buena causa. Quién sabe, si hubiera hecho esto hace años, posiblemente hubiera acompañado a la comitiva que iba en busca de Nemo...
Un día me quitaré los zapatos, soltaré el bolso e intentaré elevarme. Pero mañana haré el mismo itinerario sin entrar a discutir si es el trayecto más corto, seguro o mejor transitado. Y pasado también, hasta que llegue el día en que no me reconozca en el espejo mientras me peine.

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